El día como ingeniero de ventas comienza con la comprobación de correos electrónicos, la priorización de tareas y la preparación para las próximas reuniones. Se proporcionan documentos importantes y se tratan temas actuales de nuestros clientes.
La mañana es una mezcla dinámica de llamadas de clientes, reuniones internas y asesoramiento técnico: Se atiende a los clientes existentes, se adquieren nuevos clientes y se crean ofertas personalizadas. Se discuten las soluciones individuales, se aclaran las preguntas y se acuerdan los detalles.
Después de la comida juntos, continuamos con la preparación y seguimiento de las propuestas. Las tareas se distribuyen internamente, los pedidos entrantes se envían a la administración y las aclaraciones técnicas se entregan a los departamentos técnicos correspondientes. Al mismo tiempo, se documentan los procesos actuales para mantener los proyectos transparentes.
La tarde está dedicada al contacto con el cliente: La atención se centra en las devoluciones de llamadas, los seguimientos y la coordinación de más discusiones. Al final del día, se anotan los asuntos pendientes, se comprueban los correos electrónicos y se envían las actualizaciones al equipo, para que pueda comenzar el día siguiente bien preparado y con un enfoque claro.